Ley Segunda Oportunidad Huelva

Es una herramienta jurídica que permite cancelar o renegociar tus deudas cuando no puedes afrontarlas. Te brinda la posibilidad de empezar de nuevo y recuperar la estabilidad. Para acogerse, hay que demostrar buena fe, carecer de antecedentes penales graves y no haber sido condenado en concurso en los últimos 10 años.

Sí. Es un proceso judicial completamente legal y seguro que permite liberarse de deudas si se cumplen los requisitos establecidos y se cuenta con el apoyo de un abogado experto en la materia.

Con el apoyo de un despacho especializado, se presenta la solicitud ante el juzgado mercantil. Nosotros nos ocupamos de todo el procedimiento para que tú solo tengas que preocuparte por empezar de nuevo.

Debes aportar documentación que acredite tu insolvencia. Esto implica justificar tu situación económica, tus ingresos, gastos fijos, cargas familiares y la totalidad de tus deudas. Así se demuestra la imposibilidad de pago.

En nuestro despacho, nos encargamos —con tu autorización— de recabar casi toda la documentación necesaria para impulsar tu expediente, lo que simplifica enormemente todo el proceso para ti.

Si tus ingresos superan el mínimo establecido, el juez puede fijar un plan de pagos que se adapte a tus circunstancias. Si no puedes asumir ningún importe, tus deudas se cancelarán por completo al finalizar el proceso.

El procedimiento suele durar entre seis y doce meses, dependiendo de la complejidad del caso. Contar con un despacho con experiencia facilita cada fase y permite avanzar con mayor rapidez.

Una vez concluido el proceso judicial, las deudas se eliminan. A partir de ese momento, puedes volver a solicitar crédito y retomar tu vida sin el peso de las obligaciones anteriores.

El coste varía según el caso. En nuestro despacho recibirás un presupuesto ajustado, claro y personalizado, siempre adaptado a tu capacidad económica y sin sorpresas ni costes ocultos.

Solo en casos muy concretos. Nuestro equipo legal anticipa este tipo de situaciones y actúa para garantizar que mantengas acceso a tu cuenta para cubrir los gastos necesarios durante el procedimiento.

Solo puedes utilizar este procedimiento una vez cada 10 años, siempre y cuando vuelvas a cumplir con todos los requisitos y el juez lo autorice tras valorar tu situación personal y económica actual.

Lo habitual es que los bienes se liquiden para pagar a los acreedores. No obstante, la ley protege ciertos bienes necesarios para garantizar que puedas empezar una nueva etapa con lo básico cubierto.

Si tus deudas van a ser perdonadas y los acreedores no van a cobrar, lo lógico es que no mantengas, por ejemplo, un coche de 20.000 €. Este se vendería para pagar lo posible. Lo demás se exonera y luego puedes adquirir otro vehículo.

Respecto a los avalistas, aunque tus deudas se extingan, los acreedores aún pueden reclamar a las personas que firmaron como fiadores. Por eso es esencial revisar bien cada deuda y proteger a quienes te respaldaron.

En algunos casos, es posible conservar tu vivienda habitual si se cumplen ciertos requisitos, como que el valor de la hipoteca supere el valor del inmueble. El juez valorará cada situación en función de las circunstancias.

No se pueden cancelar las deudas derivadas de delitos, pensiones de alimentos y determinadas deudas con Hacienda o Seguridad Social que superen los 10.000 €. Estas quedan fuera de la exoneración.

Tras la última reforma legal, ya no es necesario acudir a un acuerdo extrajudicial de pagos. Todo el plan se lleva a cabo dentro del procedimiento judicial, siempre en función de tus verdaderas posibilidades económicas.

Una vez obtengas la exoneración, puedes solicitar que se elimine tu nombre de los registros como ASNEF o CIRBE. El Auto Judicial obliga a los acreedores a comunicar tu nueva situación a dichos ficheros.

Si los acreedores no lo hacen, puedes tomar medidas legales para lograr la eliminación. De este modo, recuperarás tu acceso al sistema financiero y podrás operar con normalidad en todos los aspectos.

Sí. La normativa exige acudir con abogado y procurador. No es posible iniciar este proceso sin ambos profesionales. Además, es clave contar con especialistas en esta ley para evitar errores que puedan perjudicar tu caso.